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Mostrando entradas de mayo, 2013

Aldo Alcota y su búsqueda infructuosa del paraíso terrenal

JORGE MUZAM -. El poeta y pintor Aldo Alcota se ha marchado a Barcelona. Su tolerancia no resistió el vilipendio de los ignorantes y envidiosos artistas chilenos, así como el clasismo exacerbado de las curatorías de arte. Se fue sin risas ni lágrimas, buscando oxígeno y reconocimiento. Quizás allá le suceda lo mismo. El paraíso siempre está un poco más lejos que nuestros deseos. La expresión de Aldo en su perfil de Facebook es tan adusta como la de un Man Ray, un Francis Bacon, un Klaus Kinski, un Camilo José Cela o un Armando Uribe. Es el reino de los tipos duros, para quienes la risa es sólo una expresión de los imbéciles. Hosco y tozudo, Aldo Alcota no trepida en sacar adelante sus proyectos y teorías, amparado en la seguridad de saberse un genio que merece el respeto unánime.

Escritores irreconciliables

JORGE MUZAM -. Germán Marín parece ser un chico rudo. Primero le da un golpe en el mentón al cadáver de Volodia Teitelboim y luego le propina algunas diatribas a su usual enemigo Jorge Edwards. Parecen mariconcitos enojados en la adolescencia y nunca reconciliados. La pluma de Marín se desparrama sin prisa ni pretensiones, con nostalgia de perdidos universos infantiles, con críticas a la patria trizada, mientras se bebe un café negro en Barcelona. Deambula por ferias, elucubra, se junta con amigos, recuerda, comenta y luego se vuelve a encerrar en su habitación a sorbetear su solitaria pena.

Hernán Rivera Letelier: Para seguir viviendo…

JUAN PABLO JIMÉNEZ -. “Estamos hechos del  mismo material de los sueños” (Shakespeare) Leer “La Contadora de Películas”, de Hernán Rivera Letelier, sirve para acordarse de María Elena, en el norte de Chile. Aquella vez sondeábamos el desierto. Habíamos aprendido de las bondades de la soledad y el silencio que se escuchaba más intenso que nunca. Un letrero verde nos invitaba a virar a la derecha como a través de una suerte de pasadizo hacia otros confines. María Elena, un pueblito donde el Teatro estaba cerrado y sin embargo se sentía vivo. Donde uno podía escuchar los dibujos que hacía el viento en el polvo del suelo. Y donde uno se preguntaba cómo lo hacían los mineros para divertirse en aquella soledad espesa como la niebla de Unamuno. Rivera Letelier sabe de eso. Sabe de las soledades. De la inmensidad del planeta cerca del desierto y en sus entrañas: las minas, arrancándole pedazos a éstas para poder sobrevivir. Porque de eso se trataba: de sobrevivir. Y la diversi

La reniñez de Gonzalo Rojas

JORGE MUZAM -. Recorría esta mañana la biblioteca pública de San Antonio. El día estaba soleado y la escasa bruma marina no perturbaba la nitidez de los barcos. Me encontraba detenido frente a las estanterías de poesía chilena, mi mirada saltaba entre títulos y autores. Mi ánimo estaba algo apático tras varias noches sufriendo pesadillas a propósito de nada. No buscaba un autor en particular, pero me llamó la atención el título La reniñez, de Gonzalo Rojas. Buen título sin duda, que me provocó una espontánea conexión afectiva. Conozco la trayectoria del poeta. No soy devoto de toda su obra y a veces he sido incluso muy duro con su poesía erótica. Pero Rojas tiene también buenos poemas, como los evocativos, los sensoriales y los existenciales. Rojas es notable en todo eso y la posición estelar que conquistó en el mundo hispano es completamente merecida. Recuerdo que su antiguo poema “Carbón” solía sacudir mis emociones cada vez que lo leía, porque ese hombre con manta de C

A veces el periodismo dice la verdad

JUAN PABLO JIMÉNEZ -. Ya sabemos que el periodismo de farándula –“tarántula”– es una basura que ha estupidizado a muchos. Que la gran mayoría de los periodistas deportivos solo saben describir –a veces a medias– cómo un jugador corre tras una pelota. Ya sabemos que en muchos pasajes de la historia –de cualquier país– el periodismo ha estado al servicio de los poderes fácticos y que ha servido para manipular las conciencias de la gente adormecida –miente, miente, que algo queda… Y sabemos que eso ha generado otros frentes del periodismo que al final se transformaron –a duras penas la mayoría de las veces– en voz para los sin voz (aunque llegadas las democracias perdieron su sentido). Sabemos también que el periodismo depende del mercado. Los periodistas deben pagar la cuenta de la luz y los medios deben ser condescendientes con sus avisadores o simplemente, no hay plata. Entonces cuando aparece alguna instancia o medio o como quiera que se le llame cuyos periodistas se

Sobre el vergonzoso salario de los parlamentarios chilenos

JORGE MUZAM -. No existe una razón objetiva para que estos parásitos ganen tanto dinero. Hasta el sueldo mínimo sería mucho, si lo planteamos desde el punto de vista de la productividad de su trabajo, que usualmente consiste en distendidas charlas de café, largas sesiones de Play Station y masajes y viajes turísticos al exterior. Lo peor de todo es que este gran chanchullo se hace con el dinero de todos los chilenos. Son cientos de m iles de millones de pesos derrochados en vagos apernados durante décadas. Sueldos de reyes pagados con fondos públicos para que defiendan con entusiasmo los intereses privados de la oligarquía económica. Lo que debemos tener claro es que ellos no tienen un milímetro más de legitimidad o capacidad intelectual que cualquier otro chileno para ocupar los escaños parlamentarios. Si ha de existir un parlamento,  pues que sea útil y representativo, y no una provocación incendiaria para el resto de los ciudadanos. Imagen: © Alejandro Aravena

Un día cualquiera

JORGE MUZAM -. Podría decir que la fotografía que acompaña este texto corresponde a un hecho aislado, a una mera escaramuza violenta del 1° de mayo en Santiago de Chile, pero estaría mintiendo.  Lo que se aprecia es pan de cada día, una tradición represiva que se pierde en el tiempo. Hurgamos en nuestra memoria y no encontramos momentos más pacíficos. Al menos la mía recuerda desde el 75 en adelante, y sé que siempre fue igual, bajo dictadura y bajo todos los gobiernos aparentemente democráticos posteriores. Las fuerzas policiales chilenas, lejos de priorizar el combate a la delincuencia, están adiestradas para reprimir, en primer lugar, las muestras de descontento social. La ideología que está tras ese adiestramiento no nace evidentemente de ellas, sino de una concepción neoliberal de la vida. La teoría original, que emanó desde el Pentágono en los 50 y que se difundió a través de las academias militares y centros de estudios del continente, hablaba de un enemigo interno marxist