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Mostrando entradas de septiembre, 2013

El retorno

JORGE MUZAM -. En el libro Putas Asesinas, de Roberto Bolaño, aparece un relato sórdido e hilarante titulado “El retorno”. Se narra allí la muerte repentina en una discoteca parisina de un tipo algo ordinario aunque con dotes reflexivas. Quien cuenta la historia es el fantasma de ese hombre muerto. Algo mareado por la situación se contempla a sí mismo, inerte, ante el asombro de los demás concurrentes. Repara en que su situación es parecida a la de Patrick Swaize en la película “Ghost” que en otro tiempo vio junto a su novia. Ella, que lo acompañaba en la disco, se escabulló tras el infarto y su cuerpo es llevado sin más compañía a la morgue. El fantasma, sin embargo, acompaña a su cuerpo en la ambulancia y luego observa los pormenores de la autopsia. Se queda allí sin saber qué hacer con su siguiente vida. Su mente, su capacidad reflexiva, su autoconciencia permanecen intactos, pero ahora a bordo de algo indefinible. Para su sorpresa, su cuerpo es extraído de la morgu

Impresiones primarias

JORGE MUZAM -. Conservo impresiones primarias de casi todas mis lecturas. Imágenes de fuego que sobrevivieron al argumento, a los años, a mis edades, a toda el agua que pasó bajo el puente. Veo a Jean Valjean atravesar murallones en la oscuridad, siempre huyendo del obstinado sabueso de Javert. Veo la cándida sonrisa de Fantine antes de ser abandonada. Veo la llaneza desesperante de El desierto de los Tártaros, y esa llaneza se parece a mis propios días. Siento los pies ateridos de frío de Oliver Twist, siento su fuerza interior que nace de saberse vulnerable. Me zampo con rabia el mendrugo del ávaro clérigo que mata de hambre al Lazarillo de Tormes. Saboreo el tritón primitivo descongelado en Archipiélago Gulag. Le recojo el sombrero a Anna Sergueyevna, y el fuerte viento de Yalta se lo vuelve a llevar. Me enamoro de Remedios, la Bella, de Ana Karenina, de Mathilde. Me siento y soy tan arrogante y melancólico como Julien Sorel. Cabalgo con las tropas rusas, luego

Rodrigo Verdugo. Veinteavo anuncio

Por Rodrigo Verdugo Pizarro A mi primo Alan Bruna Pizarro, En recuerdo de Villa Portales «Y con horrible estruendo se abrieron cráteres y abismos poblado del duro instante de escalofriantes máscaras» Olga Acevedo Veo los lugares desde lejos y no los quiero habitar La desposesión es la misma ya sea en el fuego o en el agua O plantada al lado del desvarío de los jardines. Veo las puertas desde lejos y no quiero entrar Las hijas traen copas y clavos Yo tengo un patrimonio de colchones y caballos atropellados Venid postores, jugad con estos bienes. Veo las ventanas color de azufre Y se lo que se desfonda en ellas Lo que logra quedar en pie como un arrobamiento de niño Ante espacios blancos y negros. Las hijas cuidan que el fuego no me quite la máscara Cuidan que no hablen de mí en los desiertos Barren mis resplandores sobre los ríos. El espacio negro ritualiza al espacio blanco Las olas quedan colgadas, prospera en los sesos ese motor aterrado. Es imperio

El peso del pasado

JUAN PABLO JIMÉNEZ -. Yo no sé si todo tiempo pasado fue mejor o peor. Lo cierto es que el pasado existe. El pasado es presente. El pasado no desaparece. Esta ahí. Por la eternidad. No podemos intentar huir de él. El pasado nos explica muchas aristas del presente y a partir de este último es que más o menos hacemos una aproximación de lo que será el futuro. El pasado es peso. Raíz. Parte de una esencia. De nuestra historia, como pueblo y como individuos. El peso del pasado es un fundamento. En “Memorial de Santiago”, de Alfonso Calderón, está esa búsqueda de mostrar un pasado como una parte del rostro que, en este caso, compone una ciudad. Calderón recurre a viejos escritos y testimonios de quienes vivieron el Santiago de su fundación y los siglos venideros. Nos va entregando una descripción de cómo vivían los santiaguinos de antes, de los comienzos, tanto en sus costumbres como en aspectos más macro, como las administraciones políticas, por ejemplo. Ir revis