JORGE MUZAM -. Un sol tenue alumbra el invierno austral. No alcanza a calentar, pero al menos aleja momentáneamente el intenso frío. Tras almorzar un valdiviano me voy con mi té y mi silla al fondo del huerto. Llevo tres libros: Memorialistas chilenos , de Alone, Inventario I , de Enrique Lafourcade, y el primer tomo de la Historia de Chile , de Francisco Antonio Encina. Un solitario zorzal descansa sobre el ciruelo. Es un visitante inesperado a estas alturas. No sé qué sucedió con los zorzales. Antes convivían todo el año con nosotros. Me siento a la sombra del tronco de un viejo guindo. Abro el libro de Lafourcade. Son recopilaciones de crónicas antiguas. Crecí leyendo a este autor, por eso le tengo afecto. Elijo una narración intermedia donde refiere los últimos días del poeta Luis Oyarzún. Un tipo erudito, alegre, bromista. Lo invitaban a pasar buenos momentos, a compartir comidas, a beber, sobretodo a beber. Pero Oyarzún padecía diabetes y no podía beber ni una gota, o si no
Anexos de la literatura chilena