Novela negra peruana. Del origen a la dispersiĆ³n

CLAUDIO RODRƍGUEZ MORALES -.

En una bĆŗsqueda afanosa y por momentos errĆ”tica del Big Bang de la literatura negra peruana, nos encontramos con un curioso experimento de Ć©poca que data de fines de 1911 y que cuenta con los clĆ”sicos ingredientes del gĆ©nero como la sangre, el plomo, la oscuridad, los callejones, la incertidumbre y la mala reputaciĆ³n.

Pero antes, un poco de contexto.

Se tratĆ³ de un aƱo variado -como cualquiera podemos concordar- en que la hermana repĆŗblica del PacĆ­fico, gobernada entonces por el Presidente Augusto B. LeguĆ­a, debiĆ³ padecer el Conflicto de Pedraza, escaramuzas en la frontera con Colombia por la posiciĆ³n territorial de una vasta zona de la Selva AmazĆ³nica.

Historiadores de ambas naciones han intentado pasar por alto o minimizar estos hechos a ver si se seca la sangre.

Por otro frente, el profesor de historia estadounidense Hiram Bingham arribĆ³, guiado por un joven indĆ­gena, a las ruinas de Machu Picchu y dio inicio a trabajos de recuperaciĆ³n que se prolongaron hasta 1915. La mayorĆ­a de lo que conocemos hoy de este tesoro arqueolĆ³gico, incluyendo la inspiraciĆ³n del poema Ć©pico de Pablo Neruda de 1950, se lo debemos al afĆ”n de Bingham y su equipo.

MĆ”s allĆ”, en el distrito de Barrancas, nacieron los Boy Scout peruanos y se grabĆ³, en un disco de acetato, la primera versiĆ³n del Himno Nacional del PerĆŗ, el cual aĆŗn puede disfrutarse girando bajo una aguja de victrola en alguna tienda de antigĆ¼edades del barrio de Miraflores.

Pero yendo a lo nuestro, en la revista de Clemente Palma ā€œVariedadesā€ se publicĆ³ una obra de tĆ­tulo curioso y del todo original: ā€œEl meƱique de la suegraā€ y la acompaƱa el subtĆ­tulo ā€œespeluznante novela policĆ­a limeƱaā€. SegĆŗn el escritor Ricardo Sumalavia, esta narraciĆ³n fue abordada en forma colectiva por diferentes escritores y, dada su condiciĆ³n de divertimento, no tuvo seguidores desde el punto de vista creativo.

ReciĆ©n seis dĆ©cadas mĆ”s tarde, PerĆŗ comenzĆ³ a contar con obras que pueden ser identificadas como novelas negras o policiales. La materia prima de estas creaciones consistiĆ³ ā€“en eso no es necesario originalidad alguna- en violencia callejera, sus consecuencias y sus miedos. AsĆ­, poco a poco, se fue conformando un universo literario de novelas cuyas caracterĆ­sticas comunes son la lectura rĆ”pida, los diĆ”logos en forma de mĆ”ximas, las miserias de los bajos fondos, la estructura de relojerĆ­a de sus capĆ­tulos, pero aĆŗn pendiente en su perfecciĆ³n literaria.

Al menos eso dicen los expertos, pues el tiempo aĆŗn no ha emitido su veredicto.


LA UƑA DE LA SUEGRA

PermitĆ”monos una disquisiciĆ³n previa.

No podemos decir, asĆ­ sin mĆ”s, que durante sesenta aƱos los escribidores policiales del RĆ­mac entraron en un proceso de hibernaciĆ³n o que se retiraron a sus cuarteles de invierno. Lo que sĆ­ hubo fue un desarrollo de gĆ©nero que ocupĆ³ unos cauces menos sofisticados que los gruesos empastes y la ediciĆ³n cuidada, sino mĆ”s bien los centĆ­metros columna y el papel prensa que tiende a ponerse amarillo. Fue precisamente la revista ā€œVariedadesā€ la que dio cabida en sus pĆ”ginas a la crĆ³nica roja con hechos acontecidos en esquinas limeƱas perdidas: descuartizamientos callejeros, crĆ­menes pasionales, clĆ”sicos duelos de navaja (menos metafĆ­sicos que los protagonizados por los compadritos de los cuentos de Jorge Luis Borges), captura de bandoleros, fetos abandonados en acequias, homicidios en inmigrantes chinos y escandaleras con prostitutas.

A continuaciĆ³n una muestra del estilo policial de ā€œVariedadesā€ correspondiente a una ediciĆ³n de 1912: ā€œUn salto y los dos hombres enardecidos y roncos frente a frente ā€“podĆ­a leerse en las primeras lĆ­neas, acompaƱado de fotografĆ­as aĆŗn mĆ”s golpeadoras que el relato mismo-. Choque brutal y rĆ”pido, golpes a granel, chillidos de mujeres, el diablo en la sombra y el resplandor de una cuchilla rompiendo la fumosa penumbra. Un grito, un chorro de sangre, un golpe seco de cuerpo que se desploma y la tragedia consumadaā€.

Una escena tĆ­pica del PerĆŗ oculto de los aƱos locos, el fervor nacionalista y la consolidaciĆ³n de Lima como una gran urbe. Poco y nada del refinamiento de Sir Arthur Conan Doyle, sino mĆ”s bien la truculencia de un Edgar Allan Poe, si es que los reporteros limeƱos lo llegaron a conocer o tal vez a intuir.

El gĆ©nero negro en PerĆŗ tuvo en su despegue una ayuda mĆ”s que necesaria. Un nombre con significado y significante que salta por sĆ­ solo sobre la cara: Mario Vargas Llosa. Si bien el Premio Nobel no es un exponente regular de la novela negra ā€“a nuestro juicio es un cultor de diferentes gĆ©neros de acuerdo a la circunstancia; entiĆ©ndase novela histĆ³rica, pornogrĆ”fica, amorosa y ultra realista-, de todos modos sus obras ā€œLa ciudad y los perrosā€ (1963), ā€œConversaciĆ³n en la Catedralā€ (1969) y ā€œĀæQuiĆ©n matĆ³ a Palomino Molero?ā€ (1986), cuentan con elementos policiales, en su mayorĆ­a como ingredientes de un cĆ³ctel aĆŗn mayor, a saber:

ā€œLa ciudad y los perrosā€ tiene como base estructural el crimen de un cadete dentro del colegio militar Leoncio Prado. Estamos ante una narraciĆ³n de diversas voces que describen situaciones iniciĆ”ticas y violentas de un grupo de adolescentes de diferentes clases sociales, reunidos en el microcosmos que representa el recinto educacional que los cobija.

ā€œConversaciĆ³n en la Catedralā€, por su lado, tiene como protagonista a Santiago Zavala, un periodista que prueba sus primeras armas en la secciĆ³n policial de un diario y debe cubrir un crimen que involucra a su propia familia, teniendo como telĆ³n de fondo la dictadura de Manuel OdrĆ­a de los aƱos 1948 y 1956.

Para el caso de ā€œĀæQuiĆ©n matĆ³ a Palomino Molero?ā€ es la muerte de un recluta en una base militar del norte de PerĆŗ, la historia mĆ”s adscrita al gĆ©nero negro del Nobel peruano. AĆŗn asĆ­, Vargas Llosa opta por tomarse unas licencias del gĆ©nero policial, entregando en la mitad de la narraciĆ³n la identidad del asesino, dedicando el resto a la elaboraciĆ³n de su retrato y motivaciones psicolĆ³gicas.

En la actualidad, los autores mĆ”s relevantes del gĆ©nero negro en PerĆŗ son Mirko Lauer, Carlos CalderĆ³n Fajardo, Peter Elmore, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Siu Kam Wen, Jorge Salazar, Goran Tocilovac, Santiago Rocangliolo, Diego Trellez, Carlos Garayar, Alfredo Pita, Isaac Goldemberg, Fernando Ampuero y Santiago Rocangliolo.

De manera paralela, resulta interesante destacar el gĆ©nero de ā€œno ficciĆ³nā€ para la conformaciĆ³n de narraciones policiales peruanas, mĆ”s ligadas al periodismo que a la literatura. Autores como Luis Jochamowitz y Jorge Salazar han elaborado escritos que optan por un camino hĆ­brido al momento de trabajar sus argumentos, al estilo de ā€œOperaciĆ³n Masacreā€ del malogrado escritor argentino Rodolfo Walsh y de los estadounidenses Truman Capote y Norman Mailer.


DOS EXPONENTES

Durante 2006 Santiago Roncagliolo publicĆ³ la novela premiada por Alfaguara ā€œAbril rojoā€. En ella el Fiscal FĆ©lix Chacaltana investiga los asesinatos perpetrados supuestamente por integrantes del grupo maoĆ­sta Sendero Luminoso. La narraciĆ³n se perfila a travĆ©s de las conversaciones con diferentes involucrados: una hija de terroristas, un terrorista encarcelado y un comandante. Todos estos hechos de corrupciĆ³n, ademĆ”s de redes y subredes de maquinaciones de poder, acaban por generar el desquiciamiento de Fiscal Chacaltana.

En la novela de Rocangliolo se alternan hechos reales como de ficciĆ³n, lo que ha generado una polĆ©mica respecto a si una obra de este tipo puede ser considerada una fuente histĆ³rica o si solo le compete al Ć”mbito de la ficciĆ³n, independiente de la materia prima por la cual se nutra.

Por su parte, Isaac Goldemberg publicĆ³ su cuarta novela, ā€œAcuĆ©rdate del escorpiĆ³nā€, de 2010, donde se narra en un estilo mĆ”s bien tradicional, las investigaciones del capitĆ”n Simon Weiss por la muerte de un japonĆ©s, dueƱo del billar Shims, encontrado crucificado en una de las mesas del local y de un anciano judĆ­o colgado de un biga de la pensiĆ³n que habita. Weiss es un judĆ­o alemĆ”n, de 35 aƱos, nacionalizado peruano, cocainĆ³mano, amante de Margarita, y que gusta tocar con su guitarra valses peruanos e intenta resolver los casos con ayuda de elementos irracionales como los sueƱos y la intuiciĆ³n.

Las novelas de Peter Elmore recurren a un estilo clĆ”sico, donde, por ejemplo, en su novela ā€œEnigma de los cuerposā€ de 1995 se plantea un enigma que debe ser resuelto. Otra de sus obras son ā€œLa prueba de fuegoā€ de 1999 y ā€œEl fondo de las aguasā€ de 2006.


Obras del gƩnero

FicciĆ³n

ā€œPĆ³lvora para gallinazosā€ (1985), de Carlos CalderĆ³n Fajardo

ā€œDeseo de nocheā€ (1993) y ā€œEl vuelo de cenizaā€, de Alonso Cueto

ā€œLa conciencia del lĆ­mite Ćŗltimoā€ (1990), ā€œEl enigma de los cuerposā€ (1997) y ā€œEl fondo de las aguasā€ (2006), de Peter Elmore

ā€œTrilogĆ­a parisinaā€ (1996), de Goran Tocilovac

ā€œAsesinato en la gran ciudad del Cuzcoā€ (2007), de Luis Nieto

No ficciĆ³n

ā€œEl descuartizador del Hotel Comercio y otras crĆ³nicas policialesā€ (1995), de Luis Jochamowitz

ā€œLa opera de los fantasmasā€ (1980) y ā€œLa medianoche del japonĆ©sā€ (1992) de Jorge Salazar


Imagen: Salazar Bondy, Lima la horrible

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4 Comentarios

  1. Interesante texto. Exhibe una visiĆ³n panorĆ”mica de la novela negra peruana, sin escindirla de la historia literaria de nuestro vecino paĆ­s.

    Me llama mucho la atenciĆ³n esa obra primaria: El meƱique de la suegra. Una obra de ese tipo escrita colectivamente debe tener rasgos particularĆ­simos. Espero conseguirla.

    En Chile tenemos al detective Heredia y a George Washington CaucamƔn investigando los casos mƔs oscuros. Pero no me convencen. Hubo muchos escritores que se subieron al carro de la moda policial durante los noventa y hasta no hace mucho. Dƭcense herederos de Hammett y Chandler, pero los resultados han sido dƩbiles.

    Me quedo con las hazaƱas del detective RenƩ Vergara, un autƩntico testigo y ejecutor de los hechos narrados.

    EmpezarĆ© a rastrear esas obras peruanas de no ficciĆ³n. Son quizĆ”s las Ćŗnicas que se meten realmente en las cloacas de la sociedad.

    Excelente, amigo RodrĆ­guez.

    Saludos

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  2. Muy buena entrada, justo lo que estaba necesitando. Desde ya muchas gracias y lo compartirƩ.

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  3. AnĆ³nimo12/11/14

    Interesante reseƱa. Muchas gracias.

    Desconcierta, de todos modos, encontrar errores del tipo Zabala y biga.
    Como si un futbolista no supiera lo que es un pase solo con el empeine.

    Saludos desde Alemania

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  4. Hola. Un libro interesante es Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda. Una investigaciĆ³n periodĆ­stica con alta dosis literaria de novela negra.

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