Un día se encontraron dos hombres. Uno viejo y uno joven y tras saludarse efusivamente , se sentaron en una banca de madera y se pusieron a platicar.
- ¿cómo has estado?- preguntó el joven.
- Asombrosamente bien -replicó el viejo- Esta mañana vi unos macisos de flores de un hermoso color morado que me recordó los jardines del castillo de Alcott en Escocia. Cuando estuve allá , avisté en la hermosa superficie del lago Ness , a la famosa criatura .
- ¿y cómo es? - se interesó su interlocutor.
- No es otra cosa que un Dragón plateado , amigo mío , que duerme en una caverna subterránea . Deberías ver cómo brillan sus escamas y sus cuernos ...a la luz de la luna parecen de plata fina. Hay otros dragones sobrevivientes en el Himalaya y en Brasil sobreviven dragones verdes , pero lamentablemente los dorados ya se extingueron.
- ¿y los ha visto?
- Solo a los plateados , los verdes se mimetizan con facilidad en la selva amazónica.
-Cuando yo estuve en Brasil-contó el jovencito- conocí a las doncellas-Delfín , que son delfines que adoptan forma humana para compartir con algunas tribus.
- En Brasil -afirmó el viejo- he visto mariposas verdes , azules y rojas tan grandes como no te puedes imaginar .
- ¿y qué más ha visto en sus viajes?
- Flores que despiden su perfume y son coloridas como el arcoiris. Y tú , hijo ¿dónde has viajado últimamente?
- He estado en el desierto del Gobi, en la selva africana y en el sur de la China.
Y así pasaron largas horas contándose sus aventuras.
Por fin se despidieron con gran afecto el viejo mendigo ciego y el joven mendigo que no tenía piernas y siguieron sus respectivos caminos felices de haberse alimentado mutuamente con sus fantasías y sueños.
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