
Intento buscar una explicación al éxito lector, crítico y editorial de “Adiós a Ruibarbo”, y a su aparición en cada antología del cuento hispanoamericano, pero es un ejercicio difícil y quizás hasta inconducente.
Quizás debo remitirme al contexto de época en que fue escrito el relato y valorarlo dentro de ese ámbito. Ciertamente que entonces pocos habrían entendido y valorado a escritores tan distintos como Houellebecq o Murakami.
Si me remonto a creaciones narrativas previas y contemporáneas a “Adiós a Ruibarbo” me encuentro con los mismos insoportables adornos narrativos de Oscar Castro, Mariano Latorre o Salvador Reyes.
0 Comentarios