Golborne y el inmaculado mundo privado

CLAUDIO RODRÍGUEZ MORALES -.

Uno de los lugares comunes repetidos por la derecha chilena tiene reminiscencias (muchas veces inconsciente) en el siglo XIX y se basa en el discurso del Ministro Diego Portales. A él le gustaba presumir que su decisión de intervenir en temas de Estado fue por la incapacidad de los políticos y militares de llevar correctamente las riendas de la naciente República (para él, esto era sinónimo de autoritarismo y represión). Por ello, Portales debió hacer un alto en sus negocios; actividades que, por lo demás, eran un verdadero desastre, a pesar de toda la ayuda que recibió del Estado de una manera, por decirlo de un modo eufemístico, poco rigurosa.

A buena parte del mundo de la derecha le resulta fascinante la tesis de que los representantes de su sector político son personas exitosas, que cuentan con un largo camino en el mundo privado, una suerte de espacio inmaculado, regido por leyes naturales, que solo se ve alterado por la intromisión de la diabólica burocracia estatal. Como una manera de devolverle al país todas las oportunidades que este les ha brindado, deciden sumarse a la administración del Estado para velar porque ese mundo (su mundo) siga funcionando como “corresponde”… aunque eso les signifique una merma en sus ingresos, agregarán como frase explicativa no tan prescindible.

Ejemplos de aquello, además del propio Portales, han sido el Ministro de Hacienda de fines de los años treinta Gustavo Ross (también conocido como el “mago de las finanzas”), el ex Presidente y empresario de la Papelera, Jorge Alessandri y para qué decir todos los privados que complotaron y luego se asociaron con las Fuerzas Armadas a partir del 11 de septiembre de 1973. Todos estos casos hacen carne la misión patriótica de reparar los vicios en que han caído gobiernos con tendencias estatistas, farreras y corruptas ligados a la izquierda.

Ese discurso, con tartamudeos mediante, ha hecho suyo el precandidato de las fuerzas conservadoras a la Presidencia y ex Ministro del gobierno de Sebastián Piñera, Laurence Golborne. Lo que en un principio fue visto como su mayor plus, con la decisión de la Corte Suprema de sancionar a la cadena Cencosud por cobro abusivo de sus tarjetas de crédito, donde Laurence Golborne fue nada menos que gerente general, hoy se convierte en un lastre.

La preocupación de la derecha por el impacto en la candidatura de Golborne es un hecho de la causa. Desde el Palacio de La Moneda hacia abajo todos han tomado posiciones, en la mayoría de los casos mediante salvavidas de plomo lanzados al ex gerente, cada vez más enredado en sus explicaciones que solo agravan la falta. Este misilazo judicial se viene a sumar a la posibilidad de un empate técnico con su contendor, el seudo liberal Andrés Allamand (para quien la política incluye el dar y recibir zarpazos), en la lucha por ser el abanderado del oficialismo para las próximas elecciones presidenciales.

La manera en que este elemento afectará la candidatura de Golborne abre, a nuestro juicio, una gran interrogante. ¿La potencial merma en su votación, la que irá favor de su contendor Allamand, se deberá a un rechazo del mundo de la derecha a las prácticas abusivas del retail (hecho para nada inédito sino de larga data) o bien a una decisión pragmática, en cuanto a apoyar al candidato que presente menos cuestionamientos en esta área para no pagar demasiados costos electorales?

Hay un hecho en el cual reparar y que trasciende al mundo de la derecha y se extrapola a los chilenos en condición de ciudadanos y con derecho a votar. El rechazo a las actividades abusivas de los grandes consorcios nació cuando estos tomaron consciencia –después de mucho machacar por parte de los medios de comunicación- que esto les afectaba directamente a sus bolsillos. Sin embargo, cuando se trataba de los atropellos hacia quienes laboran día a día en retail (prácticas antisindicales, no pago de imposiciones, no respeto de fueros, maltrato, ausencia de descansos y reajustes), el tema generaba tanto interés como los resultados de la fecha del campeonato profesional de fútbol de Canadá.

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4 Comentarios

  1. Anónimo26/4/13

    Estupendo; hay muchas maneras de pelear y ésta es una de ellas muy efectiva.
    En defensa de la derecha chilena y sus hombres de negocios (y como gesto afectuoso hacia quien me enseñó o, mejor dicho, me introdujo al tema, Alex Zamorano), puedo decir que encuentro a estos hombres de negocios bastante efectivos en el campo del durísimo campo de exportación, a la hora de colocar productos chilenos en el mercado internacional; son prácticos y asertivos.

    A modo de solución conciliatoria, Chile quizá debería apuntar hacia un sistema mixto. Esto sería compatible, entre otras cosas, con los sistemas mixtos que ya operan en el mundo, como el de la Economía de Mercado Social alemana, el Treuhand.

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  2. Anónimo26/4/13

    en el campo durísimo de la exportación

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  3. Buen artículo, estimado Rodríguez. Las derechas latinoamericanas diseminan su odio minuto a minuto, pero al menos esta vez recibieron un golpe bajo.

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  4. Excelente artículo, se agradece. Y que bueno que en estos tiempos todo salga a la luz, como debe ser, la verdad siempre debe triunfar. Y cuando conocemos la verdad, podemos decidir informados.

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