Marcelo Lillo. Vivir porque no queda otra

JUAN PABLO JIMÉNEZ -.

En Niebla City puede suceder todo. Pero pasa casi nada. Fox y el Viejo Pájaro eligieron ese lugar para pasar el forzado último capítulo de sus vidas. Aunque con el paso del tiempo es Niebla City quien pareciera haberlos elegido a ellos.

Fox y el Viejo Pájaro se quieren morir. Cada día que pasa es un trozo de historia que ellos no han elegido protagonizar. Entonces, cada cosa que inventan es una suerte de sobrevivencia, de mantenerse despiertos porque no queda otra cosa.

En las dos películas que día por medio ven en casa de Fox, descansan sucesos a los cuales se les puede pedir trozos prestados, para aplicarlos a la rutina de Niebla City y no morirse en medio de ese juego agrio que muchas veces supone vivir.

Y si era normal que muchos se suicidaran en este pueblo cobijado por la niebla y el mar, el que comenzaran a producirse asesinatos, justo después de la catástrofe dejada por el terremoto de febrero de 2010, era no solo un desafío para los personajes de esta novela, sino un quiebre necesario, profundo, como un golpe directo al mentón –así como decía Cortázar –, que establece un nuevo sentido para remover la conciencia bajo esos mismos intentos de respirar porque no queda otra.

El escritor chileno Marcelo Lillo (“Gente que Baila Sola”, “El Fumador y Otros Relatos”, “Este Cuerpo Vale un Cadáver”) dispara su nueva novela desde las profundidades del sur de Chile, de su casa. Un lugar que tal vez se parezca mucho a Niebla City.

Este último pueblo es el reflejo de las conciencias de los personajes principales. Un lugar donde no pasa mucho, como en las vidas del Viejo Pájaro y Fox. Un lugar donde se ha detenido el tiempo pesado como un tanque, agotado de sí mismo.

Los asesinatos ocurridos aquí devuelven una esperanza a estos hombres. Puede que suene crudo. Es que se les fija así una meta: encontrar al asesino como para demostrarse a sí mismos que sus vidas son muchos más que películas en DVD o que los dos únicos libros del Viejo Pájaro, leídos por él una y otra vez a medida que las décadas pasaban.

Como en sus soberbios cuentos y su anterior novela, Marcelo Lillo construye en “Niebla City” personajes que hablan a partir del mundo espeso que descansa en sus interiores. A través de lugares grises donde no queda mucha esperanza en nada y en el que vivir se hace un trámite de cierta manera impuesto.

Hay algo que no se define en el pueblo donde se sucede esta historia, como la niebla esa que a veces tenemos dentro.

Publicar un comentario

1 Comentarios

  1. Me interesa mucho la literatura de los distintos países y por eso cada vez que consigo vuelos baratos para ir a un lugar, me gusta poder disfrutar de sus autores mas famosos

    ResponderEliminar