El éxtasis sexual del catolicismo

ALEXANDRA SALAZAR -.

Muchos como yo, fuimos instruidos y adoctrinados en la disciplina y el dogma de la iglesia católica, pero extrañamente también crecimos en el contradictorio existencialismo de la fe. La iglesia católica ha sido por miles de años la soberana de los complejos idealismos que trazan la impuesta estructura familiar, atribuyéndose, sobretodo en temas sexuales, la idoneidad de juzgar y establecer qué es lo valórico y moralmente aceptado, sin reconocer el erotismo en su total magnitud.

Para la iglesia católica, el placer sexual es casi un inconveniente. Si pensamos que han querido convencernos de que este debiera ser en el sentido práctico un rito sólo ejecutado en post de la procreación de la pareja y dentro del matrimonio, negándose al concepto del simple goce del ser humano. 

El placer del éxtasis también debería considerarse como un derecho sin distinción de sexo, sobretodo cuando elegimos practicarlo sólo por el placer de sentir un orgasmo. Pero la iglesia lo condena como un acto lujurioso. Es más, si la iglesia tuviera el poder de convencernos y hacernos practicantes de sus ideales caprichosos, todos seríamos santos. Para la iglesia, esta es la delgada línea que separa al hombre del animal cuando se trata de instintos sexuales.

Sin embargo, no es raro ver en las iglesias cantidad de pinturas y esculturas aludiendo a claros momentos de éxtasis sexual disfrazados de divinidad. Obras de arte en que hombres y mujeres desnudos participan en maravillosas escenas celestiales junto a ángeles y querubines, divagando sobre lo que el cielo nos tiene preparado mas allá de nuestra muerte.

Un ejemplo es la obra del escultor Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), situada en la iglesia de Santa María de la Victoria, en Roma. Fue encargada por la familia Cornaro. En esta obra podemos divisar a Santa Teresa en pleno éxtasis; con la boca entreabierta y los ojos cerrados, transmitiéndonos una sensación de dolor y placer.

El tema se pone más complicado cuando se trata de la madre de Jesús. En el caso de la iglesia católica, toda alusión que contravenga a la imagen inmaculada de María,desatará conflictos. "Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús y los hermanos de él" (Hechos, 1-14) Esta frase viene confirmada en el Evangelio de San Mateo: "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José y Simón y Judas?" (Mateo, 13:55) Estos dos párrafos nos llevan a estudiar uno de los temas más increíblemente mitológicos del cristianismo, elevado a dogma de fe por la iglesia:

Por un lado, la iglesia católica ha basado la importancia del rol de María en una mujer objeto, y no me refiero a lo sexual, sino todo lo contrario. Se ha querido establecer la imagen de María como la de una mujer virgen más allá de su muerte, incluso dejando de lado la misma evidencia que nos da la biblia de que ella si tuvo más hijos. ¿Cuál es la importancia de negar esto? ¿qué es lo que la iglesia teme al querer convencernos de que ella concibió a Jesús por la gracia del espíritu (casi como aspirando las esporas del aire)? Es precisamente la biblia la que revela en sus pasajes la condición humana y natural de María. Una mujer a la que se le ha querido adjudicar una imagen de santidad, invalidante en su condición de mujer y de madre, porque sólo se le reconoce el haber sido elegida casi como un vientre de alquiler para la gestación del más imponente de los hombres, llamado Jesús.

Y por otro lado está la contraparte, que sí reconoce que fue una mujer común, que tal vez se casó estando ya embarazada, que tuvo más hijos, y que no duda en utilizar toda su artillería en reforzar el argumento de que no era realmente santa y virginal. 

Esto me sugiere que el valor de María, incluso para sus fieles, radica básicamente en que no conoció el placer. Lo cual me parece una aberración castradora y poco sana. Lo primero que debemos tener en cuenta es que no hay en todo el nuevo testamento una sola referencia o alusión a la presunta virginidad de María. Bien por el contrario, Mateo le llama a Jesús, hijo del carpintero, lo que contradice la posibilidad de una intervención del Espíritu Santo en las relaciones conyugales de José y María, y, por si fuera poco, relaciona incluso los nombres de sus hermanos. En realidad, la primera noticia histórica, es decir, documental, en la que se habla de la virginidad de María es en la "Epístola a los efesios", pero no en la de San Pablo, sino en una apócrifa que data del siglo II. En ella se dice: "El príncipe del mundo (Satanás), no ha conocido la Virginidad de María, su parto y la muerte del Señor, tres misterios que fueron cumplidos en el silencio de la sabiduría divina." (Ouvrages des saints Peres qui ont vacú au temps des apótres, pág. 423) Antes, Lucas y Mateo habían hecho unas referencias que posteriormente quedarían tergiversadas, para que, aparentemente, sirvieran de base al dogma virginal. Dice Mateo: "Que siendo María su madre (de Jesús) desposada de José, antes que se juntasen, se halló haber concebido por obra del Espíritu Santo." (Mateo, I: 18.) 

A mi modo de ver, para la época en que esto pasó era muy difícil explicar la condición de María ante un embarazo fuera del matrimonio y de padre desconocido. Fue mas fácil convencer a sus fieles de lo pulcra que fue a lo largo de su vida, aunque su rol mayor fuera totalmente desechado. Ya que Jesús, aún dejando una huella endémica en la humanidad de sabiduría y poder, difícilmente hubiera sobrevivido a su niñez sin los cuidados y el temple de una madre que debía luchar no solo con la adversidad, sino también contra la persecución constante hacia su hijo. Muchas deben haber sido las noches que lo cuido mientras tuvo fiebre, y probablemente hasta lo aconsejó en un momento de confusión existencialista. Porque cuando pensamos en una madre no pensamos en el hecho de cómo y donde nos gestó, y si habrá disfrutado el sexo en ese momento. Valoramos a una madre por sus cualidades maternas o la añoramos según sean nuestras carencias. Pero no pensamos que seríamos mejores personas si nuestra madre se hubiera mantenido virgen y nos hubiera gestado casi por inseminación artificial del espíritu santo.

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6 Comentarios

  1. Un escrito que intento torcer la historicidad católica hacia la coherencia. Ciertamente, y tal como percibo en su escrito, la iglesia no debiera verse afectada por la desmitificación de sus dogmas. Por el contrario, la verdad hasta podría atraer a los incrédulos y a los decepcionados.

    Somos hombres y mujeres, mortales, humanos, contradictorios, y siempre lo fuimos, tal como Jesús y María y los profetas y santos y papas.

    Valiente escrito, mi querida Alexandra. Espero que no la quemen en la hoguera por hereje.

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  2. Anónimo12/4/12

    Una nota muy bien desarrollada sobre una opinion personal acerca de los conceptos de moralidad con que la iglesia católica quiso,"manejar" de algún modo las voluntades de las personas,con respecto a su intimidad.Poniendo al sexo como el monstruo que nos llevaría al infierno.De algún modo pienso que la sexualidad se disfruta mejor cuando existe amor.
    Si,es cierto, somos tan humanos como Jesús,María,josé y todo mundo que se diga de otro nivel espiritual mas elevado,somos iguales,sentimos igual.Lo malo de todo esto es que no aprendimos a respetarnos como seres humanos y violamos todas las leyes establecidas y eso tiene que ver con las morales también.
    Y la iglesia católica con estas cosas solo tapó su corrupción,calló a todo el mundo,hizo secretos sus bajos instintos.Haz lo que yo digo,pero no lo que yo hago.Lo peor de todo que lo hicieron en nombre del pobre Señor Jesús. Muy buena la nota alex,creo que esto es lo que entendí,perdon si estoy lejos de lo que se quizo expresar,pero es mi humilde opinión.te mando un beso grande Alex!! te quiero<3
    Patricia Perez

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  3. Una Bruja de Salem en el año del exterminio del planeta. Buen escrito. Comparto plenamente sus apreciaciones. Los escritos bíblicos fueron escritos por hombres y son la respuesta a situaciones políticas de época. Luego vinieron muchas deformaciones y adaptaciones para darles aires místicos.

    Saludos

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  4. Lucía Menares12/4/12

    Ciertamente que usted no contempla la importancia de la fe religiosa en millones de personas. La fe es sagrada y conforma parte del alma misma de los creyentes. Si algo fue o no fue exactamente así, ya no hay cómo saberlo. Así lo conocimos, así lo aceptamos y así lo queremos.

    Que Dios la bendiga.

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  5. Alexandra Salazar12/4/12

    No cuestiono la fe de nadie.
    Todo lo contrario. Cuestiono el abuso de poder y el cartuchismo en el que han centrado el sometimiento
    de sus fieles para convencerlos de que la santidad se puede basar en la negación de la sexualidad.
    Eso me parece absurdo e inmoral.
    Jamás dije que soy agnóstica. Soy una mujer de fe. Pero mi fe no la baso en el ahuevonamiento.
    Creo que lo mas hermoso que vive una mujer es la maternidad, y la maternidad comienza desde la gestación. Si hasta el papa viene de un coito y eso no lo pone por debajo de su supuesta santidad.

    Saludos

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  6. Clara13/4/12

    Muy informativo. Es un gusto leer su blog.

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